Edición nº 23  –  Febrero. 2016

“El arte, un campo significativo para el conocimiento, es sin lugar a dudas la mayor expresión de todo ser humano. Una extensión de ideas sentimentales que logran de una u otra forma llevar al artista a su máximo esplendor. El arte está en todas partes: en el color de la vida, en la música que nos mueve, en el baile que apacigua nuestra ardua rutina o en el teatro que nos llena el alma con plenitud. Concretamente, es el arte lo que nos genera el principal sentido de nuestra existencia que nos distingue de todas las especies: sentir y expresar lo sentido.

Se pueden adquirir muchos conocimientos a lo largo de nuestra vida. El colegio, siendo la parte más importante de nuestra infancia y adolescencia, es el escenario donde se adquieren en gran volumen estos conocimientos. En un colegio como el nuestro, la intención es contemplar todos estos conocimientos sin que alguno se escape de las manos. San Carlos, un colegio que incita grandiosamente al libre pensamiento y a la libre expresión, abandona un gran terreno en el conocimiento fundamental para el ser humano: el arte. Lo abandona en gran parte y condena a todos los sancarlistas a evadirlo. Se da un énfasis mayor a lo racional, lógico y deportivo, saltándose lo psicológico, sentimental y lo esencialmente humano.

Caóticamente San Carlos abandona el arte, lo abandona cada vez que las directivas se  “hacen los de las gafas” cuando más de 15 estudiantes interesados por participar en un grupo de teatro, les piden un director de teatro (un guía para que se lleve a cabo el programa). Lo abandona cada vez que en los diferentes eventos como la Lunada, no hay apoyo de parte de toda la comunidad a las bandas de música o artistas individuales que quieren expresarse y sobre todo de parte de los organizadores de los eventos. Se abandona cuando los interesados en las diferentes áreas del arte se rinden al tocar un instrumento, hacer una pintura u organizar una obra de teatro cuando en el colegio no hay interés de las directivas para apoyar. El colegio es el el lugar donde más tiempo estamos y, por esto mismo, debería ser el espacio donde más se da apoyo o algún tipo de iniciativa para los estudiantes. ¡NO HAY APOYO! Es obvio que en el San Carlos hay una explosión de enseñanzas para la vida, y por eso es un buen colegio en cierto sentido. Pero en otro sentido, estamos olvidando otro conocimiento importante para los humanos. Estamos enterrando la cultura, siendo ésto hipócrita del colegio, un lugar que significa en todo sentido, educación. ¿Somos el mejor colegio en todo? ¿Será que se promueve solo a ser exitosos en lo que la sociedad

considera estable y lucrativo?

Así pues, invito a todos a preocuparse por esta cíclica aberración. Es deber de los

estudiantes exigir educación que se trata de opacar. Tenemos que buscar, todos

los artistas, que el colegio sea un colegio coherente; es decir, donde se busque

verdaderamente la expresividad. Invito también a las directivas a que reflexionen y

tomen acción para un mejor colegio en donde algo falla. Trabajemos para nosotros

mismos y para que perdure un legado puro y consciente de nuestro San Carlos.

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